Llegó el pollito Santiago
con su varita amarilla.
Como sueña con ser mago,
encanta a todo el que pilla.
Tras convertir un melón
en un elefante enorme,
¡pero amarillo limón!,
no se quedó muy conforme.
Hizo magia en el camino
y apareció, en un segundo,
la jirafa haciendo el pino
más amarilla del mundo.
Consiguió un día de sol,
después de intentonas varias,
transformar un girasol
en plátano de Canarias.
Una mañana cualquiera,
con su magia y muy despacio,
cambió pera limonera
por palacio de topacio.
(Carmen Gil, http://www.poemitas.com/)
El amarillo
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